Educación y nuevas tecnologías de la información y la comunicación : ¿Hacia un paradigma educativo innovador?
En fechas recientes, los especialistas en el tema de la incorporación de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) a la educación han generado una serie de publicaciones con el fin de modelar el futuro de la educación respecto de las potencialidades de la tecnología, o bien, de analizar el estado que guarda la cuestión en distintos contextos educativos. En todos los casos, y a pesar de la diversidad de perspectivas, la pregunta de fondo es si realmente las tecnologías han permitido innovar los procesos educativos o, al menos, tienen la posibilidad de hacerlo. Se plantea una gran potencialidad en los usos educativos de las TIC que no se ha visto reflejada, por lo menos de manera generalizada, en la situación presente. De ahí los importantes retos a enfrentar en el camino que conduce a la innovación de las prácticas educativas sustentadas en las TIC (Díaz Barriga, 2007).
La pregunta obligada es ¿qué tan distantes estamos de este escenario educativo? Por lo menos podemos cuestionar si en el presente estamos ya encaminados a que, como esperan los autores referidos, “los linderos de la clase desaparecerán a medida que maestros y estudiantes se reúnan mediante video de alta resolución y ambientes compartidos tridimensionales”, sobre todo si los participantes físicamente distantes podrán discutir, colaborar e interactuar entre ellos, en pos del logro de aprendizajes complejos.
Por otro lado, la oferta educativa apoyada en las TIC también tendrá una mayor difusión por la necesidad creciente de una educación continua a lo largo de la vida. Este es el caso, por ejemplo, de personas que han cubierto la escolaridad universitaria formal, pero que se enfrentan a los retos de la sociedad del conocimiento: entornos complejos y cambiantes que demandan nuevos aprendizajes, rápida obsolescencia del conocimiento adquirido y necesidad de capacitación altamente especializada, de educación profesional continua. De manera similar, la necesidad de espacios de educación no formal sustentados en tecnología se encuentra en franca expansión.
En los países con un alto desarrollo tecnológico y económico, la educación a distancia apoyada con tecnologías informáticas muestra un crecimiento sorprendente. Por ejemplo, en Estados Unidos el Centro Nacional de Estadística Educativa reporta que, con la entrada a este siglo, en el ciclo escolar 2000-2001, 52% de las instituciones de educación superior ofrecían 127 400 cursos de educación a distancia, con una matrícula estimada de más de tres millones de estudiantes, y con el uso intensivo de las tecnologías como la Internet, el video y el audio. En 2004 se calculaba ya un crecimiento anual de 24.8% en la matrícula de cursos en línea.
A mediados de los noventa, el Banco Mundial reportaba que la educación a distancia comenzaba a tener un papel prominente en muchos países, desde el Reino Unido a Sudáfrica pasando por China. Precisamente en este último se reportaba que, a mediados de los noventa, había ya 100 000 graduados de programas de educación a distancia.
Referencia:
Barriga, F. D. (2008). EDUCACIÓN Y NUEVAS TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN: ¿HACIA UN PARADIGMA EDUCATIVO INNOVADOR?. Sinéctica, (30), 1-36. Disponible en:
http://search.ebscohost.com/login.aspx?direct=true&db=a9h&AN=42990272&site=ehost-live

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